El olvido de vivir

Escrito por:

en categoría: ,

Nosotros al desempeñarnos como empleados, profesionistas independientes o empresarios, vivimos sumamente ajetreados, agobiados, donde a menudo decimos frases como: “No tengo tiempo”, “no puedo detenerme”, “así es mi vida”. Y sin darnos cuenta se nos pasan los días, los meses, los años y no hacemos nada diferente, más que seguir sobreviviendo en la rutina estresante del día a día.

No somos inmortales, pero vivimos como si lo fuéramos, pensando en un paradigma generalizado, que nos dice que todos vamos a morir de viejos por ahí de los ochenta años, pero tan solo es una creencia popular; los datos estadísticos muestran que la gente se muere a todas edades por causa de diferentes enfermedades y accidentes; así que dejemos esta forma de pensar y hagamos algo significativo hoy.

A veces, suele suceder que no planeamos y sobre la marcha vamos tratando de componer las cosas, y cuando no nos salen bien tendemos a justificarnos, hacernos las víctimas, a culpar a los demás.

Esta forma de pensar es una de tantas por lo que se nos olvida el propósito de la vida: “vivir”.

No hay que olvidar que durante las diversas etapas de nuestra existencia hay contratiempos, y a pesar de lo lamentable que puedan ser éstos, hay que sobreponerse, para tomar conciencia en donde estamos parados, qué hemos aprendido o dónde nos hemos perdido. Son indicios para que podamos sanar y recuperar la alegría por vivir.

Como dijo Confucio: “Tenemos dos vidas, la segunda empieza cuando nos damos cuenta que solo hay una”. Por tanto, hay que hacernos conscientes para disfrutar del presente continuo, animarnos a hacer ciertas renuncias, trazar un nuevo plan que nos permita aprender y compartir, ya que cada día que dejamos pasar, es uno donde nuestra energía tiende a disminuir, envejecemos y nos hacemos más lentos.

Nota relacionada: Desamparo emocional