¡Ten cuidado con las palabras que dices!
Porque no son solo palabras, son vehículos que se convierten en realidad, en la carretera de la vida. Cuando te pregunten ¿Cómo estás? Evita decir más o menos, dos que tres, pues estoy y ya es ganancia. Esas son frases peligrosas para tu estabilidad emocional, esos son pensamientos pesimistas alojados en tu subconsciente, de manera irracional, y te hablan de situaciones difíciles que has vivido a lo largo de tu vida. Si tú las dices tal cual, solo las estás reforzando para que te sigan haciendo daño. Mejor cuando te pregunten ¿Cómo estás? Contesta de manera asertiva, estoy de maravilla, me va super bien, estoy bien gracias a Dios. Y el universo actuará a tu favor, para que esas respuestas se cumplan al pie de la letra en tu diario accionar por la vida.
¡Ten cuidado con las palabras que dices!
Porque corres el riesgo de tener una vida, justo a la medida de tus creencias y frases repetidas en tu diario interactuar con las personas de tu familia, de tu trabajo y de tu entorno amistoso alrededor tuyo.
¡Escuchemos las palabras de los pesimistas!
Tengo muy mala suerte, nunca podré alcanzar esa meta, porque todos están en mi contra. No tengo el talento para lograrlo y por eso estoy sumido en una depresión que me atormenta.
¡Repasemos las palabras de los optimistas!
La vida es mi mejor amiga, cada día y a cada instante recibo de su abundancia y de su prosperidad. Mi proyecto de vida va de maravilla, y voy a perseverar hasta obtener, lo que por ley divina me pertenece.
¡Podemos ver las grandes diferencias que existen!
El pesimista ya está derrotado antes de lanzarse a conquistar sus sueños. Trae un complejo de inferioridad a lo mejor insertado por sus padres desde su niñez. Porque tal vez le dijeron siempre, que era un tonto y que nunca hacía nada bien.
Y el optimista trae una imagen triunfadora insertada en su persona, porque su autoestima se encuentra en el lugar correcto, donde en coordinación con sus talentos, recorre los senderos propios de los triunfadores, porque tiene las palabras adecuadas, y una actitud propia de seres excepcionales conquistando al universo.
¡Tú eliges! ¿Si jugar en el equipo de los pesimistas o en el de los optimistas?
Todos tenemos el poder de la decisión en nuestras manos. Solo se trata de auto analizarnos a conciencia, para poder elegir el camino correcto, que nos asegure un lugar prominente, de quienes se atrevieron a soñar y a cumplir su misión en esta vida. Y no se trata de culpar a nuestros padres, porque ellos así fueron educados, y a nosotros nos toca romper esas cadenas familiares, para encauzar nuestro árbol genealógico hacía otros vuelos, hacia otro cielo diferente, sublime y exitoso.