¡Limpieza de alma y corazón!….

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Nuestra vida entera está llena de grandes momentos, algunos positivos y obvio otros negativos, cada momento, cada detalle, cada triunfo, cada fracaso, cada decepción, engaño, tristeza, pérdida, alegría, orgullo, rencor, felicidad, lo vamos acumulando en nosotros mismos, en nuestros pensamientos y en nuestro corazón. Y estas cargas cada día se nos hacen más pesadas, sobre todo cuando vamos guardando tantas cosas negativas, que esa pesadez incluso nos afecta y daña y no nos permite seguir adelante con nuestras vidas.

Nos enfrascamos tanto en situaciones pasadas, que no vemos lo que llevamos recorrido, que no prestamos atención a que el tiempo va pasando, al igual que nosotros junto con él, y vamos llevando cargas a nuestro presente y a nuestro futuro, cosas que debemos dejar muy pero muy atrás. Sabemos que existieron circunstancias que no nos permiten seguir, y sobre todo no nos permitimos dejar de lado y continuar en nuestro recorrido.

Pero dicen que nada es eterno y quizá eso sea cierto, ya las relaciones no son tan duraderas como antaño, ya las emociones se basan en que tanto me das para darte lo mismo, ya nuestro mundo va cambiando, aunque no mejorando, ya los amores duran un parpadeo, cada día el amor dura tan poco y las ganas de luchar por el otro ya no existen.

Nos damos cuenta de que puede más una cara y un cuerpo lindo, que los más bellos sentimientos; cada día nos volvemos más agresivos y problemáticos, menos empáticos y más orgullosos, cada día menos románticos y más fríos. Total, que todo a nuestro alrededor va cambiando y lo peor es que, permitimos que todo eso cambie y no ponemos un alto a cosas que no nos agradan, no somos sinceros sobre lo que en verdad esperamos, queremos y deseamos.

Pero todo aquello que no nos gusta va haciendo mella en nuestras vidas, todo se va convirtiendo en una carga negativa y se va a cumulando en nuestro cuerpo, va llenando nuestras mentes y vaciando nuestras almas de lo verdaderamente importante.

Muchos de nosotros no logramos desechar aquello que nos hace daño, que nos perturba, que nos quita el sueño; a veces somos tan incapaces de alejarnos de amores que no funcionan, de soltar y continuar, de irnos de personas que no son necesarios en nuestras vidas, nos volvemos tan débiles y vulnerables ante lo malo, o al temor a sentirnos solos o desplazados.

A veces conforme nuestra vida va llenándose de problemas, de cargas negativas; eso no nos permite percibir los buenos momentos, las mejores personas, el cariño sincero. Todo el pasado, aquellos recuerdos, o las personas que alguna vez lo fueron todo; tan sólo son eso, “recuerdos”, algo que ya fue y ya no será. Pero la vida nos sigue dando oportunidades, por eso aún seguimos aquí, vivos, respirando, aprendiendo, sembrando y cosechando.

Por eso creo que a veces es necesario hacer limpieza del corazón y del alma a profundidad, de pensamientos; vaciarnos por completo de las cargas negativas, tanto de momentos, como de personas. A veces es bello recordar sobre lo bueno que alguna vez vivimos; pero cuando alguien se marchó, cuando alguna circunstancia ya pasó; es mejor sonreír por lo que ya fue y volver a dar paso firme a lo que vendrá. No dejemos que todo aquello siga caminando a nuestro lado, demos libertad a lo que vivimos. Como un ave enjaulada luchando por su libertad, dejemos la jaula abierta y desahoguémonos de aquello que no debe ser guardado, librémonos de odios, rencores, tristezas y dolores y de recuerdos que ya no volverán.

Demos gracias a Dios por estar vivos, por seguir aprendiendo tantas lecciones de vida, por seguir en nuestro andar. Sacudamos el polvo del pasado, limpiemos nuestras heridas, sanemos cada cicatriz que el pasado nos dejó, que el tiempo se llevó.

Que el viento se lleve todas nuestras cargas, estamos conscientes que no es nada bueno continuar con sentimientos o pensamientos, que no nos permiten ser felices, que nos quedamos atorados en el tiempo, esperando que todo vuelva a su lugar, creyendo que las personas serán de nueva cuenta lo que una vez fueron, nos llenamos de dudas, de nostalgias, nos ahogan los recuerdos y esperamos que sea como antes y eso, no nos permite continuar,, ya que estamos en espera de algo, que ya no volverá. Mejor agradezcamos a aquél que nos hirió, que se fue, que nos rompió; porque hoy poco a poco sé que nos hará más fuertes, porque ya no creeremos en más cuentos, porque ahora damos nuestros pasos con firmeza, veamos como lecciones todo lo que pudimos experimentar, todo ese amor que una vez existió y esas personas que fueron y las emociones que nos hicieron sentir.

Sabemos que los recuerdos más dolorosos son aquellos que llevamos en el corazón, de aquellos que creímos que estarían con nosotros por el resto de nuestras vidas; que jamás cambarían; pero vivamos cada dolor, cada lágrima, hagámonos amigas (os) de nuestros días de soledad; Los problemas del corazón son los más difícil de soltar eso es más que claro, eso es algo que nos lleva un poco más de tiempo el superarlo, porque no es tan fácil dejar de pensar en alguien que tanto se amó; pero tarde o temprano las cosas van pasando y el dolor va disminuyendo.

Hagamos limpieza profunda de corazón, de alma; quizá algún día no muy lejano ya estamos preparados para hacer cambios, para recibir nuevos momentos, nuevos amores, nuevas lecciones, nuevas metas, nuevos sueños, nuevas ilusiones. El dolor tampoco es eterno, pero hay que abrir nuestras emociones y sentimientos, no cerremos la puerta a nuevas posibilidades, a nuevas mejoras, no tengamos miedo a volver a sonreír, a llenarnos de alegría. No hay quinto malo dirían por ahí, cada momento nos da lecciones, cada persona nos regala nuevos capítulos, cada amor una historia.

Hagamos limpieza de alma, sacudamos el polvo de la tristeza, desechemos el dolor, alejemos el rencor, tiremos el odio, borremos recuerdos, eliminemos todo lo que hace pesada nuestra carga, vaciemos los bolsillos de cosas que nos perjudican. Aprendamos a vivir, disfrutemos de cada momento, gocemos de cada experiencia, vamos a alegrarnos por lo que tenemos y por los que continúan con nosotros.

No enfoquemos nuestra vida en lo negativo, la vida es cómo queremos vivirla. Nadie es la herramienta de nuestra sonrisa, ni el latir de nuestro corazón, ni la medicina para nuestra alegría. La vida es cómo queremos vivirla.

Estamos conscientes que en este mundo nadie estamos exentos de problemas, de dolor; pero en nosotros está si nos quedamos en el funeral sintiéndonos terribles por lo que ya sucedió, de luto por algún mal amor o si nos vamos de fiesta, disfrutando por lo que estamos dispuestos a luchar, por lo positivo que deseamos conservar y por las nuevas puertas abiertas.

Por ahí leí esto que les comparto que es totalmente cierto: “Ríe, baila, despéinate y deja que el viento mueva tus cabellos libremente, no vivas con el dolor llenándote el corazón, la vida es y será como tú la quieres”. ¡Así que a disfrutar y a despeinarnos se ha dicho!.

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